Huir siempre ha sido algo en lo que soy bueno.

He corrido lejos de casa y de regreso pensando que cada vez sería la última.

Pero las cosas son muy diferentes últimamente. He aprendido que las mareas cambian, las estaciones cambian y, a veces, las personas también lo hacen.

No he visto a Hoyt Blackburn en una década porque estaba tan convencido de que ya no valía la pena. Supongo que aquí es donde he cambiado desde que descubrí que su ejecución es una de esas cosas inevitables que le depara la vida. No puedo recordar que haya sido un mal hombre, pero no puedo dejar de pensar que algo no está bien en lo que le está pasando.

Tal vez es porque lo extraño.

Tal vez sea porque quiero ver al hombre por última vez.

¿Me recordará? ¿Le importará? No sé; lo único que honestamente puedo decir con certeza es que todavía hay algunos secretos que nos quedan entre nosotros que deben ser hablados antes de que exhale su último aliento. De lo contrario, cuando llegue ese día, es posible que también me hayan matado.